Hace 26 años nacía en el municipio noruego de Melhus una niña a la que sus padres llamarían Ingrid y que actualmente es una de las mejores centrales del mundo siendo su posición natural la de centrocampista.
Es difícil calibrar qué jugadora del FC Barcelona era más feliz el pasado sábado en el césped de Stamford Bridge tras pasar a la final de la Champions, pero si se pudiera hacer un ranking seguro que Ingrid Engen estaría en los puestos más altos. La noruega vive el que puede que sea su mejor momento de forma de su carrera profesional y lo hace en una posición que no es la suya natural. La lesión de gravedad de Mapi León obligó a Jonatan Giráldez a buscar un plan B, y la solución la tenía unos metros más adelante, en el centro del campo. El vigués reconvirtió a Engen como central y esta ha exhibido un nivel excelente como acompañante de Paredes en el eje de la zaga. El que no la conozca y la vea jugar actualmente puede que no se crea que esta futbolista no es central. La colocación, la anticipación, la concentración y la solidez defensiva que ha acreditado la colocan actualmente como una de las mejores centrales del mundo sin ser central. Y en Londres volvió a demostrar una y otra vez su excelencia.
Dos días después de uno de los días más importantes de su vida deportiva, Ingrid celebra este lunes su aniversario. Llega a los 26 en plenitud y a las puertas de una temporada histórica en su nueva casa, Barcelona.
Su carácter y su manera de ser le han servido para convertirse en una jugadora muy querida dentro del vestuario y, casi en silencio, ha ido ganando galones y alcanzando cotas de jugadora de peso dentro de una plantilla con auténticos tótems. Integrada al 100% en el equipo y en la ciudad, vive su tercera temporada de azulgrana tras llegar procedente del Wolfsburgo en busca de hacer historia vestida de azulgrana. Y vaya si la está haciendo.