LAS DOS TEORíAS DEL ASESINATO DE ASUNTA BASTERRA QUE OFRECE LA SERIE DE NETFLIX
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La serie El caso Asunta, protagonizada por Candela Peña y Tristán Ulloa y estrenada este pasado fin de semana, está sobrecogiendo a todos los suscriptores de Netflix que han decidido verla. Este nuevo proyecto de Bambú Producciones para la plataforma de entretenimiento en el hogar, narra lo sucedido hace años con el asesinato de Asunta Basterra a manos de sus padres, tal y como dictaminó la justicia.
Ahora, la ficción ofrece en su quinto episodio, titulado '24 horas', las dos grandes teorías del triste final de la niña. Dos vías que podrían responder perfectamente al móvil del crimen, ya que a pesar de los años, los indicios y el juicio que se celebró en su momento, no se ha podido demostrar a ciencia cierta qué fue lo que paso al no existir pruebas evidentes.
Rosario Porto, asesina única
En boca de uno de los investigadores (el agente que interpreta Carlos Blanco) en el producto de Netflix, se introduce la primera teoría de la siguiente manera: "Sabemos que hay restos de Lorazepam en el pelo de la niña desde tres meses atrás. O sea, todo ese verano. ¿Qué pasa el 9 de julio? Es el primer episodio de mareo de la niña. ¿Y con quién está? Con Alfonso, con su padre, que es el que se ocupa de todo. El que compra los medicamentos desde siempre, se ocupa de ella...".
"Pongamos que esa noche, por lo que sea, quiere salir. Quiere tener tiempo para él y se le ocurre drogar a la niña, pero no de una manera premeditada. Se le ocurre. Rosario le descubre y tienen bronca, pero no van al médico porque se descubriría esta práctica. Rosario pasa todo el verano con el hombre que le obligó a prometer que no volvería a ver a su amante. Esa mujer es como un hilo finito a punto de romper. Que se tensa aún más ese verano", son las palabras textuales del personaje.
"Sabemos que Rosario vuelve a tener contacto con su amante y rompe su promesa con Alfonso. Y el viernes 20 de septiembre vuelve a ver a su amante y pasan la noche juntos. Pero Alfonso la descubre": en ese momento recrean una discusión entre Rosario y Alfonso. Él le dice lo siguiente: "Asunta es nuestra hija y nos une para siempre. No te vas a librar nunca de mí".
Entonces se observa cómo Rosario llega a su casa completamente destrozada y decide poner 27 pastillas de Lorazepam en un zumo de naranja, pero cuando se lo va a tomar ante la angustia y desesperación que aparentemente tiene, Asunta le pide algo de beber. Ella decide en ese momento dejarle ese vaso en su habitación para que se lo beba. Al poco se arrepiente, pero cuando va a evitarlo, la niña ya se lo ha terminado.
Rosario decide llevarse a su hija, que sufre ya los efectos, a la casa de Montouto, donde decide asfixiarla y atarla con las famosas cuerdas naranjas. La sube en el coche y deja el cuerpo donde buenamente puede, tirando los zapatos, que se desprendieron al arrastrar su cuerpo sin vida, a un contenedor. De vuelta a casa pone el móvil a cargar, ya que se había quedado sin batería, recibiendo muchas llamadas perdidas de Alfonso. Se pone en contacto con él y le pide que acuda al domicilio
En ese momento ambos afrontan lo sucedido mientras ella dice lo siguiente: "Hice lo que tú hacías, pero se me fue de las manos. Se me fue". Él quiere ir a la policía y ella le pide que no lo haga, amenazándole con la siguiente frase 'yo podría decir muchas cosas de ti'. Él se enfada, pero decide no dejarla sola y acuden finalmente a la comisaría a denunciar falsamente la desaparición de Asunta. El policía expone, en el citado episodio, que "Alfonso no dice nada por no reconocer que él drogaba a su hija".
Decisión conjunta de Rosario y Alfonso
La segunda teoría la expone el juez instructor del caso (personaje de Javier Gutiérrez): "Es evidente que el plan fue concertado entre los dos. Las cámaras no grabaron a Alfonso, pero pudo ir recostado perfectamente en el asiento de atrás. Es imposible drogar a la niña durante tres meses sin el conocimiento de ambos. ¿Os tragáis que un padre no se entera de que su hija va como una zombie durante tanto tiempo? La niña era consciente de que le daban unos polvos que la tenían dormida durante todo el fin de semana".
"Vete tú a saber qué más sabía. ¿Que mataron a los abuelos por la herencia o que abusaban de ella? Los padres descubrieron que la niña iba a decirlo y decidieron matarla. Sabían que se tenían que deshacer de la niña porque en cualquier momento podía hablar", añade antes de dar paso a la reconstrucción en la serie.
Alfonso mantiene la siguiente conversación con Rosario: "La niña lo sabe. El otro día me preguntó y me salí por la tangente, pero no se va a conformar, ya la conoces. ¿Leíste su blog? Léelo y ya verás. Si lo cuenta estamos acabados. A mí no se me ocurre otra solución. Si prefieres mirar para otro lado como haces siempre, hazlo, yo no puedo. ¿Prefieres ser la madre de una niña desaparecida o acabar en la cárcel por algo que podríamos evitar? Tú no podrías soportar la prisión".
A Rosario se la dibuja entonces como una mujer sumisa: "Es una barbaridad", dice, pero acepta el plan de su exmarido. Él idea cada uno de los movimientos: cuándo apagar el teléfono móvil, cómo evitar la cámara de seguridad que hay desde su casa hasta la de Rosario, montarse en el asiento de atrás en el coche de Rosario durante el trayecto que hacen a Montouto, dejando que Asunta vaya delante, para evitar ser grabado...
Exponen cómo en la finca, él decide que hay que asfixiarla, acto que llevan a cabo juntos. Alfonso se encarga de meter el cuerpo sin vida de la niña en el coche y marcarle a Rosario los tiempos para marcharse, conectar la alarma y dejarla donde le indica. Él vuelve a casa caminando y, a la hora prevista, enciende el teléfono. Recibe la llamada pactada de Rosario, que le dice que había un control de la Guardia Civil en la ruta marcada y que se tuvo que desviar, dejando a Asunta donde pudo.
La otra policía del caso (el personaje de María León), señala que entonces el cerebro de todo fue Alfonso, obteniendo la siguiente respuesta del juez: "Rosario necesitaba ayuda hasta para encargar la compra, no podía hacer nada por sí sola".
Sobre los dos puntos de esta teoría, hay que recordar que en diciembre de 2011 y julio de 2012 murieron los padres de Rosario Porto (Asunta fue asesinada en septiembre de 2013), aparentemente de causa natural. Fueron incinerados y no se les practicó ninguna autopsia al estar dentro de un marco normal. La herencia que dejaron a su única hija rondaba los 3 millones de euros. Y, por otra parte, del ordenador de Alfonso se eliminaron antes de ser requisado por las autoridades 547.000 archivos, entre ellos vídeos e imágenes de carácter sexual.
La condena
El 12 de noviembre del año 2015, se condenó a 18 años de prisión a Rosario Porto y Alfonso Basterra, los padres adoptivos de Asunta Basterra. El Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSJG) confirmó que la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago, condenaba a ambos por un delito de asesinato con la concurrencia de la agravante de parentesco, por asfixia y bajo los efectos de Lorazepam suministrado conjuntamente.
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