75 AñOS DE 'EL TERCER HOMBRE', OBRA MAESTRA VISUAL Y LEYENDA DEL CINE NEGRO QUE AHORA PUEDES VER EN PRIME VIDEO

Este 2024 se celebra el 75º aniversario del estreno del thriller de cine negro ‘El tercer hombre’ (1949), la incontestable obra maestra del director británico Carol Reed, que actualmente está disponible en el catálogo de Amazon Prime Video. La trama del filme está ambientada en una Viena que ha quedado derruida tras el final de la Segunda Guerra Mundial. La ciudad se halla dividida en cuatro zonas ocupadas por las cuatro potencias aliadas: Francia, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Soviética. La escasez de bienes, el empobrecimiento general de la población y la multiculturalidad causada por los movimientos migratorios originados en la posguerra sirven como telón de fondo a la llegada del protagonista, Holly Martins, interpretado de manera impecable por Joseph Cotten, un irrelevante escritor de novelas pulp que se traslada a la capital austriaca para encontrarse con un amigo de la infancia, Harry Lime, interpretado por Orson Welles, quien le ha prometido un provechoso trabajo.

La llegada de Martins coincide con la muerte de Lime a causa de un accidental atropello en la puerta de su casa, lo que hace que Martins coincida con varios personajes en su entierro: el Dr. Winkel y el barón Kurtz, inquietantes socios del fallecido, Anna Schmidt, interpretada por Alida Valli, una actriz checoslovaca que permanece de manera ilegal en Viena y que además mantenía una relación amorosa con Lime, y el mayor Calloway, interpretado por Trevor Howard, un militar británico que andaba tras la pista de Lime y que le pone a Martins al corriente sobre los oscuros asuntos que su colega llevaba a cabo en el mercado negro, donde comercializaba con penicilina defectuosa. Cuando Holly Martins trata de investigar por su propia cuenta qué ocurrió con su amigo, un testigo del accidente le cuenta una versión alternativa de los hechos, que implican a un tercer y misterioso hombre desconocido. Este es el preludio para una historia llena de intriga que se va desenredando a medida que Martins incide en el descubrimiento de los enigmáticos flecos que envuelven al fallecimiento de su colega.

La idea del filme le fue encargada al novelista y guionista Graham Greene, quien además había sido reclutado muchos años antes de manera secreta por el servicio de inteligencia exterior del Reino Unido conocido como MI6. Greene aceptó el encargo de escribir una película ambientada en la Viena de posguerra dividida en los cuatro sectores controlados por cada una de las potencias aliadas. El autor sostuvo que con esos mimbres, lo más sensato era escribir primero una novela de la que más tarde se adaptaría el guion, ya que según él, esta era la manera ideal de planificarlo. Aunque la idea de la novela en un primer momento solamente fue concebida como un método de escritura para llevar a cabo la estructuración del libreto, la obra acabó publicándose con el mismo título de la película. Sin embargo, el guion, que fue supervisado por el coproductor del filme Alexander Korda, tenía un final diferente, y según palabras del propio Greene, tenía más calidad que la novela. El trabajo de Greene no era desconocido para Carol Reed, quien había trabajado con el escritor en su anterior película ‘El ídolo caído’ (1948).

El filme se rodó a medio camino entre los London Film Studios y Viena, donde se rodaron la mayoría de tomas exteriores, dándole a la cinta un realismo propio de los maestros neorrealistas Luchino Visconti o Roberto Rossellini. David O. Selznick, legendario productor cinematográfico de Hollywood, se hizo cargo de parte de la producción del filme, allanando el terreno para que uno de los actores que tenía en nómina, Joseph Cotten, protagonizase la película. No hizo lo mismo por Orson Welles, quien también trabajaba para él, y a quien el propio Selznick consideraba “veneno para la taquilla”. La insistencia de Carol Reed y las decepcionantes experiencias que Welles había sufrido con la industria hollywoodiense, hicieron posible su fichaje para el filme.

El hallazgo del compositor austriaco Anton Karas fue toda una sorpresa por parte del director. Reed escuchó la melodía que el músico sacaba a su cítara durante una fiesta en la noche vienesa, e insistió a Karas para que tras la finalización de la velada acudiese al hotel, donde podrían grabar algunas canciones que más tarde utilizaría en la banda sonora del filme. El resultado fue tan bueno que Reed finalmente decidió ofrecer un contrato a Anton Karas, considerándolo la persona adecuada para la composición total de la partitura de la cinta y lanzando al desconocido músico al estrellato. La maravillosa fotografía corrió a cargo del australiano Robert Krasker, que se alzó con el único Oscar de la película en la categoría de Mejor fotografía en blanco y negro.

Así pues, la mezcla de todos estos elementos por parte de Carol Reed dio como resultado una obra única, considerada por muchos expertos como el mejor filme británico de todos los tiempos. La utilización de encuadres cuya inclinación oscila de manera variable sobre la línea del horizonte, conocido como plano holandés, es uno de los recursos más reconocibles del filme, que el director toma prestado del movimiento expresionista alemán que tuvo lugar varias décadas antes del estreno de esta película. La impresionante fotografía de Krasker se recrea en un juego de luces y sombras que dan como resultado una de las mejores presentaciones de personajes de la historia del celuloide, la de Harry Lime, el personaje de Orson Welles, que permanece oculto en la oscuridad hasta que se enciende una lámpara del edificio contiguo, revelando su identidad bajo la sorprendente mirada de su colega Joseph Cotten.

También destaca el oficio de Krasker en las persecuciones subterráneas por la red de alcantarillado de Viena. El director Carol Reed toma como referencias algunas obras dirigidas por Orson Welles como ‘Ciudadano Kane’ (1941) y ‘La dama de Shanghai’ (1947) para inspirarse en los ángulos y los movimientos de cámara, destacando el uso del zoom y el plano secuencia que cierra de manera magistral el filme. El fabuloso elenco regala al público unas actuaciones brillantes y memorables, entre las que destacan la de la actriz italiana de origen croata Alida Valli, el fabuloso trabajo de Cotten y la inolvidable interpretación del siempre deslumbrante Orson Welles. Pese a que el filme no obtuvo el reconocimiento que merecía ni en los Oscar ni en los BAFTA, se alzó con la prestigiosa Palma de Oro en el Festival de Cannes.

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