LA GIRA INOLVIDABLE DE BRUCE SPRINGSTEEN

Lynn Goldsmith es una señora estupenda, con melena blanca, recogida en una coleta desordenada, gafas de concha y grandes aretes de plata. Habla con el Magazine vía Zoom desde Nashville, cuna del country. Goldsmith ha pasado parte de su vida retratando a músicos, por lo que parecería muy lógico el vivir ahí. Sin embargo, esta elección no tiene nada que ver con la música, sino con una filosofía personal: “Cada veinte años, me instalo en un lugar en el que creo que voy a sentirme realmente incómoda”, explica. Aunque esta decisión vital tiene truco (“Nueva York siempre está ahí”), Goldsmith es una artista y para ella, cambiar es clave: “Porque todo artista necesita lo que llamo una ‘interrupción’ de sus patrones. De ahí mis cambios. ¡Antes vivía en las montañas de Colorado!”.

Como fotógrafa, Goldsmith ha documentado la cultura americana durante más de cinco décadas. Sus fotos han aparecido en las principales revistas y se conservan en museos. Ha recibido premios y es autora de trece libros. El último: Bruce Springsteen & The E Street Band (Taschen ), es una edición de coleccionista dedicada a la grabación y gira del disco Darkness on the Edge of Town; trabajo que consolidó a aquel joven músico de New Jersey.

Goldsmith ha documentado la cultura americana durante más de cinco décadas

Sucedió a finales de los setenta y ahí estaba una también jovencísima Lynn, fotografiando a Bruce y a su banda. En el prólogo, el cantante la describe como “una encantadora aparición neoyorquina” que, además, era “muy buena fotógrafa”. Una aparición con la que pasaría los siguientes meses: “Fuimos bastante inseparables, como Lynn de su cámara, por lo que tenemos este libro maravilloso”, resume Springsteen.

Ya de adolescente, Lynn Goldsmith empezó a expresarse con la fotografía, cuya técnica aprendió de su padre. Gracias a ella conectó con su progenitor y con la vida: “Fotografiar me hacia sentir que era parte del mundo”, cuenta. La música era otra de sus pasiones: “Mi padre me regaló un transistor, donde sonaban esas canciones fabulosas… La música me hacía sentir bien, así que tiene mucho sentido que la mayoría de mis fotografías han sido de músicos”. 

Entre otros, ha retratado a Bob Dylan, a Michael Jackson, a James Brown y a los Rolling Stones. Un extenso currículum, que le ha valido el título de fotógrafa del rock 'n' roll, apelativo que no acaba de convencerle: “Porque he fotografiado a muchísima más gente: a presidentes, científicos, famosos y gente corriente. Aunque es verdad que tenía sentido que empezara con lo música: mis amigos eran músicos, yo estaba en un grupo… Fue algo orgánico”.

Este nuevo libro sobre Springsteen fue un encargo de Taschen. ¿Que sintió cuando se pudo a rebuscar en su archivo, tantos años después? “Hice una primera selección y se la mandé a Bruce, que la aceptó entera. Aunque creo que este ha sido un libro un poco más difícil que otros: en esa época, Bruce y yo tuvimos una relación, y revisar algunos momentos que fueron realmente maravillosos y otros que fueron problemáticos, no siempre resultó tan agradable”. 

Ella siempre tuvo claro que Springsteen  iba a ser una estrella

Al ver la foto de ambos, jóvenes y felices, que ilustra el prólogo, cuesta creer que hubiera momentos difíciles. “Yo no quería aparecer en el libro, pero Bruce escogió esa foto y ¡escribió lo que escribió en el prólogo!”, dice Lynn, riendo. Un texto que le conmueve: “Porque prueba que no hay hostilidad entre nosotros”.

Ella siempre tuvo claro que Springsteen (que vuelve a actuar en Barcelona en junio), iba a ser una estrella: “Porque tiene una fuerza tremenda y un deseo ardiente de escribir canciones poéticas, que cuenten historias, para poder dar a otras personas la sensación que no están solos”. Además de una legendaria generosidad a la hora del directo: la propia Lynn recuerda que, ya en ese entonces, el Boss y su banda lo daban todo. “Pero no creo que esta entrega sea una cuestión de generosidad, sino que creo que Bruce está pasándoselo bien”, matiza. “Él quiere seguir amando lo que hace y, sinceramente: ¿Quién puede seguir estando enamorado de algo que repite una y otra vez? Por eso es tan bueno en el directo, porque quiere seguir avanzando con su música”.

Lynn Goldsmith. Bruce Springsteen & The E Street Band

Editorial Taschen.Edición de Coleccionista, numerada y firmada por Lynn Goldsmith

Como Springsteen, Goldsmith también disfruta con su profesión: “He hecho cosas muy variadas: he sido manager de una banda, directora de televisión…, pero cuando estos trabajos ya no me divertían, los he dejado. Esto no me ha sucedido con la fotografía, que ha sido algo consistente en mi vida”. Pese a ello, su consejo a una joven que quisiera dedicarse a este oficio sería un rotundo: “¡No lo hagas!”. Ya no hay dinero, dice, para la que define “casi como la hija bastarda de las artes”, en la que los derechos de autor están desprotegidos.

En este aspecto ella ha conseguido una victoria importante, tras ganar un largo pleito con la Fundación Warhol, por el copyright de una foto de Prince. “Podía haber perdido todo, pero sentí que si no defendía mis derechos, no sería Lynn Goldsmith”, explica sobre este trance. ¿Y cómo era Prince? “En un libro mío, titulado Rock and Roll Stories, dedico el primer capítulo a lo que llamo los Ángeles locos. Allí están gente como James Brown, Miles Davis y Bob Dylan que, para mí, son genios: sus cerebros están programados de una forma diferente. Así era Prince”, responde. ¿Está Bruce Springsteen en esa categoría? “No, él es una persona realmente inteligente y motivada para ser el mejor, alguien con sus demonios, como todos, pero no, no es como ellos: no es inescrutable, ni tan diferente. Bruce es más normal”./

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