CHRIS PINE TIENE LA CULPA DE QUE AHORA SóLO QUERAMOS VESTIR DE ESMOQUIN (SI NOS ASEGURAN QUE NOS VA A QUEDAR COMO A éL

Chris Pine y el esmoquin son la pareja más elegante -e inesperada- del panorama. Tan solo a una semana del estreno en cines de su nueva película, Poolman, el actor está a punto de debutar como director para el mundo entero y un black tie es lo mínimo para estar a la altura. En su nuevo largometraje no solo protagoniza una comedia que llegó a los festivales la pasada temporada, si no que también se estrena detrás de cámara y frente a una crítica feroz que no le va a pasar ni una al director novel. Para contrarrestar la seriedad que conlleva ponerse a las riendas de una producción cinematográfica, Pine ha alcanzado la cumbre de la excentricidad estilística solo para rebajarla inmediatamente después con sus dos looks de traje más impecables.

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No queda nadie en el mundo que no haya visto el extraño atuendo de Chris Pine en la premiere de Poolman en Los Ángeles. El pasado miércoles, el actor y director se enfundó en unos shorts y una camiseta de ‘I love LA’ digna de turista por Santa Mónica para acudir a la alfombra roja con un conjunto tan cuestionable como poco sorprendente para los fans acérrimos del actor. Resulta que Pine lleva un tiempo compitiendo por el trono de los short shorts (probablemente contra Paul Mescal) y haciendo gala de un armario de lo más caótico. Todo apunta a un method dressing que mucho tiene que ver con su último proyecto, pero lo cierto es que lo ecléctico siempre ha formado parte de la forma de vestir de Chris Pine.

La virtud del guardarropa de Chris Pine es que sabe equilibrar de forma minuciosa esos looks que sorprenden a cualquiera con la más fina sastrería. Un día lleva alpargatas, al otro pajarita y entre medias un traje de colores salvajes o con un estampado que jamás esperarías ver en un evento formal. Esa es la dicotomía que hace de Pine un perfecto fashionista, y es que entre cárdigans y americanas está el punto medio.

El último alarde que ha hecho de este innegable talento para vivir entre dos aguas se ha dado esta pasada semana. Después de darnos el look de turista por excelencia en la premiere de su película, Chris Pine ha vestido dos ejemplos de la mejor sastrería británica que te puedas imaginar. Aunque puede ser la celebrity con el estilo más caótico del show business, somos conscientes de que también es una de las mejor vestidas. Todo a la misma vez.

La primera lección de estilo de Pine en este fin de semana se ha dado en la fiesta previa a la Cena de Corresponsales de la Casa Blanca. El evento se celebra anualmente en Washington y reúne a los periodistas encargados de cubrir todo aquello relacionado con la Casa Blanca y a algunas celebrities de la CAA (Agencia de Artistas Creativos). La víspera de la velada, la CAA celebró una fiesta para ir entrando en calor y Chris Pine fue, sin duda, el epítome de la elegancia entre altos cargos de la sociedad estadounidense.

El esmoquin de Pine constaba de tres piezas: pantalón, americana y chaleco, una triada que es sinónimo de distinción. Es un conjunto firmado por Edward Sexton, la destacada sastrería de Savile Row, que ha puesto todo su savoir faire sartorial en este lool azul y negro con solapas redondeadas y extranchas. La camisa blanca y desabotonada, sin rastro de la habitual pajarita para este tipo de ocasiones, choca frontalmente con el clasicismo del tres piezas de Pine, que remata con una cadena de Retrouvai en el chaleco como el detalle insuperable de la noche.

El segundo conjunto para nota fue en la propia cena la noche siguiente. La distinguida velada se celebraba, como cada año, en el Washington Hilton y Chris Pine estuvo a la altura con otro esmoquin arrebatador. De este conjunto estaría orgulloso hasta el 007 de Sean Connery, porque Pine optó por la clasiquísima y siempre elegante combinación de americana blanca con pantalón negro. Esta vez la pajarita sí estaba presente en el conjunto blanco roto, a juego con la camisa y la chaqueta, mientras que el borde de las solapas y el pañuelo combinan con el negro del pantalón para terminar de redondear el look.

Cada detalle está medido al milímetro para reconocer por fin que Chris Pine está en el top de elegancia hollywoodiense.

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