MIRIAM UNGRíA, LA PRINCESA ESPAñOLA QUE BRILLA EN LA CORTE JORDANA TRAS UNA TRAGEDIA

Desde hace dos años, en las grandes celebraciones de la familia real jordana hay una española que se sienta cerca de Rania de Jordania y Abdalá II, demostrando la elegancia innata y la discreción de la que ha hecho gala toda su vida. No es otra que Miriam Ungría, la madrileña de 60 años que estuvo casada durante casi dos décadas con Kardam de Bulgaria (príncipe de Tirnovo y heredero al trono búlgaro) y que en 2022 contrajo matrimonio con el príncipe Ghazi bin Muhammad de Jordania, primo del monarca jordano.

Su vida ha estado marcada por dos príncipes y por una gran desgracia: el accidente de tráfico que sufrió junto a su primer marido el 15 de agosto de 2008. La pareja regresaba de Segovia cuando su coche se salió de la carretera a la altura de El Molar y colisionó contra un árbol. Kardam de Bulgaria sufrió un traumatismo cranoencefálico del que no logró recuperarse. Estuvo ingresado cuatro meses en el Hospital Doce de Octubre, y regresó a su casa para seguir recuperándose. En verano de 2009, Kardam y Miriam se fueron a vivir a Galicia para probar un nuevo tratamiento y un año después regresaron a su casa de Madrid.

El flechazo en Joy Eslava entre Miriam Ungría y Kardam de Bulgaria

En el momento del accidente, Miriam tenía 45 años. Había nacido en Madrid y formaba parte de una familia adinerada de la alta sociedad: su padre era presidente de Ungría Patentes y Marcas, y frecuentaba los mismos lugares que Kardam de Bulgaria. Se conocieron en la discoteca Joy Eslava y la conexión fue mutua. Miriam, que había estudiado Historia del Arte en la Universidad Complutense y se había formado como diseñadora de joyas, se casaba con Kardam en la iglesia ortodoxa de Madrid en julio de 1996. Poco más de un año después, daban la bienvenida a su primer hijo, Boris, primero en la sucesión al trono búlgaro tras la muerte de su padre y actual príncipe de Tirnovo. En 1999 nacía Beltrán, su segundo hijo.

Tras la muerte de Kardam, Miriam se refugió en su carrera como diseñadora de joyas. En la década de los 90 había lanzado su primera colección y también había trabajado en una de las firmas más importantes, Carrera y Carrera. Incluso había llegado a lanzar una colección en Nueva York. Así, en 2014 lanzaba su propia firma de joyería, MdeU. Tras varios años en Madrid decidió mudarse a Londres, donde estudiaban sus hijos, para estar más cerca de ellos y seguir desarrollando su carrera como diseñadora.

Y precisamente fue allí donde conoció a un nuevo príncipe, esta vez jordano. El príncipe Ghazi bin Muhammad no era un desconocido para la familia real búlgara. Había compartido años universitarios en Estados Unidos con el príncipe Kyril de Bulgaria, y su amistad se había afianzado lo suficiente como para que conociera al resto de su familia en Madrid, incluido Kardam.

La boda de Miriam Ungría y el príncipe Ghazi bin Muhammad: su nueva vida en Amán

Miriam Ungría y Ghazi bin Muhammad comenzaron su relación en 2020, y fueron tan discretos que nada se supo hasta que la corte jordana anunció su boda. Era septiembre de 2022, y Amán fue el escenario elegido, con la presencia de Abdalá, para que Miriam de Ungría y el príncipe Ghazi bin Muhammad se unieran en matrimonio. Miriam de Ungría se convertía en princesa jordana, sin renunciar a su religión cristiana ortodoxa y sin perder el título de princesa de Tirnovo. Al igual que Miriam, Ghazi bin Muhammad también había estado casado, es padre de cuatro hijos y la corte jordana había anunciado su divorcio en 2021.

Desde su boda, la princesa Miriam es una más en la corte jordana. Su marido es uno de los asesores en cuestiones culturales y religiosas del rey Abdalá, y ella no falta a los actos oficiales más importantes de la monarquía jordana, como la boda de la princesa Rajwa y el príncipe Hussein, la de la princesa Imán con Jameel Alexander Thermiotis, o la celebración del Jubileo de Plata este fin de semana. Ella ha dejado atrás su carrera como diseñadora de joyas y está volcada en distintas obras benéficas.

Pero sus lazos con la familia real búlgara siguen siendo fuertes. De hecho, en abril de 2024 ella y sus dos hijos acompañaron al resto de la familia en el traslado de los restos mortales de Kardam desde Madrid, donde estaba enterrado, a Bulgaria. Allí descansan en la cripta que su padre mandó construir junto al palacio real.

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